Nunca he sido un fanático acérrimo ni gran adepto del campo, antes preferiría quizás ir a la playa o quedarme en la ciudad. Siempre me ha costado engancharme con el ambiente campestre. Eso de la casita en la pradera o Heidi no me lo compro ni porsiacaso. Generalmente el trabajo duro y típico del campo no me va ni me viene, sobre todo lo relacionado a los caballos. Si, debo admitir que no me llevo bien con ellos y salvo canciones, como la de Patti Smith con Horses o Guns n Roses y su Dead Horse, puedo aguantarlos. Siempre me he considerado más una persona urbana que rural, me quedan bien el olor a asfalto y las mareas humanas.
Pero a pesar de esta inusual confesión, debo admitir que hay algunos elementos que me llaman poderosamente la atención del campo. Quizás el más importante se relaciona a tópicos literarios que conocí en clases de Castellano en el colegio: Locus Amoenus, una oda a un lugar mítico, ideal con preciosos paisajes y hermosos riachuelos, árboles, animales. Beatus Ille, un viaje hacia el campo, lo rural, para deshacerse y olvidarse de los problemas que acarrean las ciudades y las tempestades humanas. Un "back to the roots" donde volvemos a lo natural, a lo básico y elemental.
Para mi eso es lo más importante, el campo te brinda esos elementos de manera exclusiva, la ciudad se queda atrás en ese sentido. Por una vez vuelves a estar en armonía con la naturaleza y con todo. Es impresionante la serenidad del lago, de los árboles, de la caída del sol, de los pájaros libres, de los caballos andantes, de la pradera agitada por el viento, de la madera mojada, del fuego en la noche, del movimiento de los peces.
Estoy seguro de que cada uno de nosotros tiene ese lugar, para reflexionar y ser feliz. De pensar sobre el futuro, el pasado y el presente. Por ejemplo yo tengo mi templo milagroso y espectacular: Puerto Fonck. Una pequeña localidad (la verdad son super pocas casas) alrededor del lago Llanquihue. Ahí mi abuelo construyó unas cabañas, donde estamos en verano, alejados de todo el ajetreo urbano, dandome la oportunidad de vivir por unas semanas tranquilo y en calma.
Al recorrer estos lugares y disfrutar de una estadía de ese estilo, se me viene a la mente inmediatamente un ambiente folk, algo evidentemente más conectado con el campo y la vida rural. Algo diferente a la electricidad típica de la radio y de las guitarras eléctricas sumidas en altos decibeles para transmitir magia. Me suena enseguida una guitarra acústica, acompañada solamente de unos dedos duros por tocarla, quizás un pequeño tambor o alguna voz entumecida por el frío para interpretar esas notas. A lo mejor algún artefacto que ensalse y le de un toque urbano, pero pequeño, que venga perfecto a la canción como acompañamiento.
A principios de los 70, Led Zeppelin tenían una reputación y una carrera crecientemente explosiva. El grupo había sorprendido al mundo y a los críticos y habían lanzado dos discazos antes: Led Zeppelin I y el Led Zeppelin II. Eso produjo que hicieran intensas giras, muchos conciertos generando un ajetreo en los miembros del grupo, que finalmente decidieron alejarse un poco de los rascacielos, estadios, estudios y se embarcaron en un viaje hacia una granja en Gales conocida como Bron-yr-Aur, lo que quiere decir en galés "Pecho de Oro", aunque también puede interpretarse mejor como "ladera de oro". En esta pequeña casa, Plant y Page se concentraron y motivados e influenciados por este ambiente Beatus Ille compusieron canciones, esencialmente acústicas que a partir de Octubre de ese año serían el "lado" folk de su tercer álbum.
Lograron impregnarse de este ambiente de retiro y compusieron piezas hermosas, contrastadas con las primeras canciones del disco que presenta la característica potencia eléctrica del grupo. Si bien fui bastante criticado en su momento por los medios que esperaban algo más potente, hoy en día es considerado uno de los mejores trabajos de Led Zeppelin, incluyendo este lado acústica sumamente interesante y folclórico.
Personalmente la proxima vez que me vaya de retiro a mi lugar preferido para descansar, llevaré la segunda parte de este disco para hacer de música de fondo de ese precioso viaje.Pero a pesar de esta inusual confesión, debo admitir que hay algunos elementos que me llaman poderosamente la atención del campo. Quizás el más importante se relaciona a tópicos literarios que conocí en clases de Castellano en el colegio: Locus Amoenus, una oda a un lugar mítico, ideal con preciosos paisajes y hermosos riachuelos, árboles, animales. Beatus Ille, un viaje hacia el campo, lo rural, para deshacerse y olvidarse de los problemas que acarrean las ciudades y las tempestades humanas. Un "back to the roots" donde volvemos a lo natural, a lo básico y elemental.
Para mi eso es lo más importante, el campo te brinda esos elementos de manera exclusiva, la ciudad se queda atrás en ese sentido. Por una vez vuelves a estar en armonía con la naturaleza y con todo. Es impresionante la serenidad del lago, de los árboles, de la caída del sol, de los pájaros libres, de los caballos andantes, de la pradera agitada por el viento, de la madera mojada, del fuego en la noche, del movimiento de los peces.
Estoy seguro de que cada uno de nosotros tiene ese lugar, para reflexionar y ser feliz. De pensar sobre el futuro, el pasado y el presente. Por ejemplo yo tengo mi templo milagroso y espectacular: Puerto Fonck. Una pequeña localidad (la verdad son super pocas casas) alrededor del lago Llanquihue. Ahí mi abuelo construyó unas cabañas, donde estamos en verano, alejados de todo el ajetreo urbano, dandome la oportunidad de vivir por unas semanas tranquilo y en calma.
Al recorrer estos lugares y disfrutar de una estadía de ese estilo, se me viene a la mente inmediatamente un ambiente folk, algo evidentemente más conectado con el campo y la vida rural. Algo diferente a la electricidad típica de la radio y de las guitarras eléctricas sumidas en altos decibeles para transmitir magia. Me suena enseguida una guitarra acústica, acompañada solamente de unos dedos duros por tocarla, quizás un pequeño tambor o alguna voz entumecida por el frío para interpretar esas notas. A lo mejor algún artefacto que ensalse y le de un toque urbano, pero pequeño, que venga perfecto a la canción como acompañamiento.
A principios de los 70, Led Zeppelin tenían una reputación y una carrera crecientemente explosiva. El grupo había sorprendido al mundo y a los críticos y habían lanzado dos discazos antes: Led Zeppelin I y el Led Zeppelin II. Eso produjo que hicieran intensas giras, muchos conciertos generando un ajetreo en los miembros del grupo, que finalmente decidieron alejarse un poco de los rascacielos, estadios, estudios y se embarcaron en un viaje hacia una granja en Gales conocida como Bron-yr-Aur, lo que quiere decir en galés "Pecho de Oro", aunque también puede interpretarse mejor como "ladera de oro". En esta pequeña casa, Plant y Page se concentraron y motivados e influenciados por este ambiente Beatus Ille compusieron canciones, esencialmente acústicas que a partir de Octubre de ese año serían el "lado" folk de su tercer álbum.
Lograron impregnarse de este ambiente de retiro y compusieron piezas hermosas, contrastadas con las primeras canciones del disco que presenta la característica potencia eléctrica del grupo. Si bien fui bastante criticado en su momento por los medios que esperaban algo más potente, hoy en día es considerado uno de los mejores trabajos de Led Zeppelin, incluyendo este lado acústica sumamente interesante y folclórico.
Como dijo el mismo Plant: "Bron-Yr-Aur was a fantastic place in the middle of nowhere with no facilities at all-and it was a fantastic test of what we could do in that environment. Because by that time we'd become obsessed with change, and the great thing was that we were also able to create a pastoral side of Led Zep."
Saludos a todos, sigan viviendo...les dejo con estas obras maestras acusticas del LZ III y además un acustico extra, compuesto en el Physical Graffiti con el nombre de la granja. Ojalá que les agraden, son verdaderas obras de arte. Gracias Plant, Page, Jones y Bonham.
La canción extra: